¿Por qué las SMA podrían superar a las SGA para gestores de activos?

Gestores de activos

Por qué las SMA pueden ser mejores que las AMC para los gestores de activos: Una consideración

Las cuentas gestionadas por separado (SMA) y los certificados de gestión activa (AMC) presentan dos enfoques distintos para gestionar los activos de los clientes. Aunque ambas ofrecen ventajas únicas, las SMA se consideran cada vez más potencialmente más ventajosas, especialmente para los gestores de activos que buscan ofrecer soluciones de inversión personalizadas.

Personalización y alineación con el cliente

Las SMA destacan por su capacidad para ofrecer estrategias de inversión altamente personalizadas. A diferencia de las SMA, que son productos estructurados que combinan varios activos para replicar una estrategia, las SMA permiten a los gestores de activos adaptar las carteras directamente a las necesidades y objetivos específicos de cada cliente. Este nivel de personalización aumenta la satisfacción y la retención de los clientes al alinear directamente las inversiones con los objetivos financieros individuales y la tolerancia al riesgo.

Control y transparencia

Una de las principales ventajas de los SMA es el grado de control y transparencia que ofrecen tanto a los gestores como a los inversores. Con los SMA, los inversores son propietarios de los valores individuales de su cartera, lo que permite una información transparente y una evaluación directa del rendimiento de cada activo. Por el contrario, las SMA, debido a su naturaleza de productos empaquetados, a veces pueden ocultar los detalles de los activos, lo que dificulta ofrecer a los clientes una visión clara del rendimiento de los activos y de las acciones de gestión.

Rentabilidad y ventajas fiscales

Desde el punto de vista de los costes, las SMA suelen resultar más eficientes a largo plazo. Suelen conllevar menos gastos generales y menos costes implícitos que las SMA, que pueden tener comisiones adicionales relacionadas con su naturaleza estructurada. Además, las SMA pueden ofrecer importantes ventajas fiscales. La capacidad de gestionar activamente las participaciones permite la compra y venta estratégicas de valores, lo que puede dar lugar a resultados fiscales más favorables mediante tácticas como la recuperación de pérdidas fiscales.

Flexibilidad en la gestión de activos

Las SMA también ofrecen una flexibilidad sin precedentes en la gestión de inversiones. Los gestores de activos pueden incorporar una amplia gama de tipos de inversión, incluidos activos alternativos que a menudo no están disponibles en las SMA. Esta flexibilidad se extiende al ajuste de la estrategia de inversión a lo largo del tiempo para responder a los cambios en el mercado o en la situación financiera de los clientes, una opción menos disponible con las SMA debido a sus estructuras predefinidas.

Accesibilidad al mercado e inversiones mínimas

Mientras que las SGA son accesibles con inversiones mínimas potencialmente más bajas, lo que las hace atractivas a un nivel de mercado más amplio, las innovaciones recientes también han hecho que las SMA sean más accesibles que nunca. Las SMA, tradicionalmente preferidas por los grandes patrimonios debido a su carácter personalizado y a su modelo de propiedad directa, llegan ahora a un público más amplio gracias a los avances tecnológicos y a unas estructuras de comisiones competitivas.

Estos avances han dado lugar a una reducción significativa de los umbrales mínimos de inversión para las SMA, lo que permite incluso a las personas sin patrimonio elevado beneficiarse de una gestión personalizada y activa de sus inversiones. Este cambio amplía la idoneidad de las SMA, convirtiéndolas en una opción viable para una gama más amplia de inversores que buscan soluciones de inversión personalizadas sin las complejidades y los costes asociados a las SGA.

Conclusión

Para los gestores de activos centrados en ofrecer soluciones de inversión personalizadas y centradas en el cliente, las SMA representan una opción convincente. Ofrecen la transparencia, el control y la personalización necesarios para elaborar estrategias a medida que se ajusten estrechamente a las necesidades cambiantes de los clientes. A medida que el panorama de la inversión sigue cambiando, comprender las diferencias de matiz entre las SMA y las AMC es crucial para los gestores de activos que pretenden optimizar sus ofertas y mejorar los resultados de los clientes.

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